A través de los años, he escuchado las frases: “Dormiré cuando esté muerto” o “dormir es para perdedores”. De hecho, una amiga podría decir que recibió un texto mío diciendo algo así cuando no quería ir al baile. ¡Que ignorancia la mía! Pero me perdono porque así es la juventud. Ahora, con toda la evidencia a lo contrario, creyera que esta manera de pensar ya pasó de moda. De hecho, no es así. Muchos todavía trabajan largas horas, continúan viendo Netflix, o andan por las redes sociales hasta la madrugada. Algunos orgullosamente usan el no dormir como una medalla de honor. Esa era yo hace años, y mirando hacia atrás, me arrepiento mucho. Me hubiese gustado que alguien me hubiera aconsejado antes, como en la escuela de farmacia. Hubiera dormido mucho más esos cuatro años y me hubiera salvado del estrés que le causaba a mi cerebro y cuerpo. Pero en fin, no hay caso en lamentar, hay que ver para delante!
La ciencia dice que no puedes recuperar el sueño durmiendo más las noches siguientes, especialmente si la deuda de sueño se ha acumulado sobre varios días. La falta de sueño puede alterar nuestros ritmos circadianos y el equilibrio hormonal. Al contrario, el dormir afecta positivamente a todas las células del cuerpo. El cerebro se desintoxica mientras dormimos. De hecho es una de las pocas maneras en que puede hacerlo. También permitimos que nuestro cerebro forme recuerdos y consolide las experiencias del día. Y el cuerpo pasa por un proceso de reparación y restauración. La cantidad de sueño que necesita cada persona varía. No todos necesitamos dormir las recomendadas 8 horas o más (pero unos sí). Por eso es recomendable la individualización. Buscate unos días donde no tengas que poner despertador. Evita las redes sociales, el celular, la tele, ejercicio, comer, cafeína, y alcohol por lo menos dos horas antes de dormir. Cuanto te sientas cansada, duérmete y despiértate naturalmente. Cuenta las horas que dormiste cada día y toma el promedio. Asi sabras mas o menos cuantas horitas tu cerebro y tu cuerpo necesita para la restauración. Y déjate de la idea de que dormir es una pérdida de tiempo. De hecho, ¡dormir sanamente te alargará la vida y tendrás más tiempo!